Mariano Rajoy charlando de forma distendida con otros viajeros en el AVE, es una imagen sorprendente por poco común. El presidente del Gobierno parece haber dado un giro a su estrategia de comunicación, más cercana al ciudadano, porque dice Andrea Levy, “sabemos adaptarnos a los nuevos tiempos”.

De una imagen rígida, institucional, como estas declaraciones a la prensa a través de un plasma, a una rueda de prensa abierta, con preguntas. Los populares se acercan a las tácticas de otros partidos, que muestran a sus candidatos menos encorsetados y que les ha permitido ganar en popularidad.

Pero asegura Jorge Galindo, investigador de la Universidad de Ginebra, que si hay un par de acciones que parecen más abiertas, pero solo “porque hasta ahora el resto de la legislatura ha sido bastante cerrada en la comunicación”.

Desde que esa comunicación es más abierta, hemos podido ver a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en plena coreografía televisiva. Porque a dos meses de las elecciones, hay que ganarse a la audiencia. El presidente de la Asociación de Marketing Político dice que “nuestros líderes políticos están vendiendo acercamiento”.

Los partidos emergentes son los que más se han expuesto a los medios. Son los habituales en los platós de televisión. Sus apariciones son más informales. Un ejemplo, la corbata casi nunca forma parte del vestuario de Pablo Iglesias. Jaime Ferri, profesor de la facultad de ciencias políticas de la UCM, dice que tienen ventaja una ventaja, “no están en el poder”. Y ahora todos tienen una tarea añadida. Sonreír en los ‘selfies’ cada vez que un militante se lo pide. Ya que una sonrisa, puede ser un voto.