Adiós al voto rogado para los votantes que residen fuera de España. El Senado ha aprobado por unanimidad la reforma de la ley electoral que suprime esta figura, un "error" admitido por los partidos, especialmente el PSOE, que lo promovió en 2011, que ha hecho caer en picado la participación electoral de los emigrantes.
La Cámara Alta ha convalidado este miércoles la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), en los mismos términos de la proposición que el Congreso aprobó antes de verano y sin incorporar ninguna enmienda. Así, la reforma queda aprobada definitivamente y lista para publicarse en el BOE.
Tampoco los partidos que habían mantenido hasta 22 enmiendas vivas hasta la votación se han opuesto finalmente a la reforma, convencidos de que, aunque podría mejorarse, la eliminación del voto rogado, que exige al elector en el extranjero pedir o "rogar" que quiere votar en unos comicios, es absolutamente necesaria y corrige una "injusticia" de más de una década.
Más de dos millones de personas tendrán más fácil votar
Precisamente, los términos "error" e "injusticia" han sido que más han repetido los portavoces parlamentarios en el debate, donde también se han cruzado elogios por el consenso alcanzado para acabar con la continua sangría en la participación electoral de los inscritos en el Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA).
Un registro en el que, a fecha del pasado 1 de agosto, figuraban 2.277.179 ciudadanos. Tras la aprobación de esta reforma, estos ya no necesitarán solicitar el voto en las próximas elecciones autonómicas y municipales del año que viene.
En las últimas elecciones locales y autonómicas de 2019, celebradas junto con las europeas, solo se entregaron 64.140 votos procedentes del exterior, apenas un 3% del total de inscritos en el CERA, según el INE. Ahora, quienes quieran votar en mayo ya no tendrán que requerir el voto, un requisito que queda suprimido.
Además, todos los electores emigrantes deberían recibir de oficio la documentación necesaria para votar en sus domicilios en el extranjero y se da la posibilidad de que puedan descargar telemáticamente las papeletas. Asimismo, se amplían de tres a siete días las jornadas para votar en urna en los consulados y se faculta al Gobierno para habilitar más centros de votación.