El coronavirus también afectará a nuestro lugar de trabajo. La oficina no será igual cuando volvamos. Por ejemplo, habrá mucha más distancia entre compañeros para que el contacto nulo.
Cuando dejamos de acudir presencialmente a nuestra oficina las mesas eran múltiples e incluso la distancia entre compañeros era mínima. Al reincorporarnos nos encontraremos con una modificación total: habrá pasillos de ida y pasillos de vuelta para no cruzarnos, si es posible tampoco habrá puertas, para evitar la manipulación, y la oficina se dividirá en zonas.
Además, se eliminarán mesas o los escritorios se ocuparan alternando asientos. Previsiblemente, todo estará mucho más marcado y señalizado, incluso la distancia para hablar con el otro.
Los expertos auguran que también desaparecerán las zonas comunes, por lo que los turnos tendrán que organizarse entre mañana y tarde para que los empleados puedan comer en sus casas.
En España hay unos 9 millones de metros cuadrados de oficinas y los expertos calculan que cuando volvamos a ellas su capacidad se habrá reducido entorno a un 35 o 50% para adaptarse a la nueva normalidad.
El sector también destaca la importancia que ganará en esta nueva modalidad de oficina la desinfección y la purificación del aire; pero incluso hay analistas que creen que algunos empleados nunca volverán a la oficina. De este modo se convertirá en un lugar reservado a encuentros puntuales. Incluso cambiará el uso del ascensor que, con limitación de aforo, ralentizará el acceso a los pisos superiores.