Una vez más, Izquierda Unida ha echado por tierra la unidad y el consenso por el que el líder de IU, Cayo Lara, lleva luchando con más o menos éxito desde que dirige la federación y se ha abierto un frente que la dirección resta importancia aunque confía en resolver sin problemas.
No ha habido sorpresas en cuanto a la elección del cabeza de lista porque Willy Meyer es el nombre que ha promovido la dirección desde el primer momento, pero sí mucha tensión y sobresaltos para encajar todas las corrientes y sensibilidades que conviven en la formación y, al final, Izquierda Abierta, que ha amenazado con presentar una segunda lista, lo ha hecho.
Pero no sólo eso, sino que advierte de que podría acudir a la comisión de garantías e incluso a la justicia si no consigue el puesto seis que asegura le corresponde por derecho en lugar del noveno que finalmente le ha correspondido en función de porcentaje obtenido en la votación de su lista alternativa (casi el 23%).
Y es que el partido de Llamazares no se resignaba a quedar más atrás del puesto número siete, como ha peleado durante todas las negociaciones, ya que, según algunas encuestas, la candidatura de IU podría conseguir hasta ocho eurodiputados, ahora tiene dos aunque uno es de ICV.
No ha servido, por tanto, de nada, el llamamiento al acuerdo con el que el coordinador federal ha comenzado su intervención ante el Consejo Político, apelando a superar "apetencias" personales en favor del consenso y de un proyecto acordado entre todos.
"No podemos ni debemos defraudar a la gente", ha afirmado Lara, quien ha insistido en culpar al PP y al PSOE de la "desafección" ciudadana a Europa, pero ha insistido en que el "antieuropeísmo" no es una opción porque "alienta" la extrema derecha, el populismo y "abre la puerta" al fascismo.
Durante su discurso, Cayo Lara ha arremetido contra la "número uno" de la lista europea del PSOE, Elena Valenciano, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por defender un "eurobipartidismo", que ha consentido que Europa esté al servicio del capital y no de los ciudadanos.