Cantó ha defendido la urgencia de llegar a pactos puntuales con Ciudadanos de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales, pero ha sido rotundo al afirmar que no quiere una fusión con el partido de Albert Rivera.

En una intervención ha acusado a la líder de UPyD de hacer que negociaba con Ciudadanos "de una manera irresponsable" cuando su intención era la de no llegar a ningún pacto, como se materializó en noviembre pasado tras una ruptura abrupta de las conversaciones.

También ha pedido una votación secreta de la resolución que votará el Consejo Político para que los miembros se pronuncien sobre si aplazar o no el cambio de rumbo de UPyD hasta después de los comicios de mayo, como quiere la dirección, y consultar también a los afiliados y simpatizantes.

Cantó ha sido muy aplaudido al concluir su discurso ante el cónclave e incluso algunos miembros se han puesto en pie, según han contado algunas fuentes presentes en la reunión. Ha sido bastante crítico con la estrategia de la formación y con la actitud de UPyD en estos últimos tiempos y es por lo que se ha preguntado si lo que quiere el partido es una política "practicada por dioses o por humanos".

"No pido que en absoluto renunciemos a nuestros principios", ha señalado Cantó, pero sí ha exigido un giro radical porque ahora los votantes están percibiendo a UPyD como un partido "rocoso y antipático" que cada vez se ha encerrado más en sí mismo.

Una formación, ha afirmado con dureza, que no es capaz de llegar a acuerdos "ni siquiera con quienes más se nos parecen", en referencia a Ciudadanos, y por eso se ha preguntado si UPyD quiere continuar por ese "precipicio" o avanzar para formar parte "activa" en ese nuevo escenario político que se ha abierto en España tras las pasadas europeas.

Ha insistido en que la nueva dirección a él ya no le representa, primero porque su estrategia ha demostrado que "estaba equivocada" al referirse a los pésimos resultados de las andaluzas, y en segundo lugar porque ha quedado evidente su incapacidad para negociar en este nuevo tablero "de pacto y diálogo que nos llega".

También ha reprochado a la ejecutiva que haya eludido sus responsabilidades en el desastre electoral porque "dos o tres cabezas no bastan" para hacer autocrítica, ha señalado en alusión al nombramiento de Andrés Herzog como mano derecha de Rosa Díez, desplazando de esta manera a Carlos Martínez Gorriarán.

Tampoco basta un aplazamiento de tres meses para decidir el cambio de rumbo de UPyD, como quiere la dirección y como someterá a votación de los miembros del cónclave, porque para entonces "no quedará nada, ha avisado".

El diputado ha pedido la colaboración de todos los presentes para que el proyecto de UPyD "sobreviva" y para que la figura de Rosa Díez "pase a la historia como ella merece": la mujer que lideró la "regeneración democrática" en España y que supo entender lo que el país necesitaba.

El candidato ha mostrado su convencimiento de que ahora existe la "oportunidad" de levantar el partido y ser parte activa del cambio que se avecina. A su juicio, enrocarse en querer ser "un pequeño grupo esencialista" es el camino más rápido para convertirse en una "secta", en un refugio que "a fuerza de despreciar a la gente no llega a comprenderse a sí mismo".

Una de las cosas que además ha recordado es que Rosa Díez en una ocasión le dijo que siempre que tuviera dudas escuchara a los votantes, "pues bien nuestros votantes han hablado y llevan haciéndolo meses" y, está claro, ha afirmado, que UPyD no puede seguir refugiándose "en la pureza moral".