En esta línea, los sindicatos rechazan "rotundamente" la intención de Botella y manifiesta el "total" apoyo a las "justas" reivindicaciones de los barrenderos y jardineros de la ciudad.
El comité intercentros considera que no se cumplen los requisitos marcados por la ley en este tipo de situaciones pues sería necesario que se declarara una situación de emergencia sanitaria, y añade "que en este caso no se cumple, según reconoce la propia alcaldesa, pues para que fuese declarada suele transcurrir unas tres semanas, como ha sucedido en otras ocasiones".
Así mismo, recuerda que los trabajadores de Tragsa están inmersos en un expediente de despido colectivo que plantea enviar al desempleo a 836 trabajadores, el 23 por ciento de la plantilla fija de esta empresa pública.
"Entendemos la situación de los compañeros de limpieza de Madrid y reiteramos que no consentiremos que se nos utilice para reventar la huelga", reza el comunicado. Sostiene además que el personal de Tragsa no va a poder prestar este servicio, ya que la mayoría de los trabajadores que pueden hacer esta tareas va a ser despedido.