Manuela Carmena se estrenará en el cargo con una de sus luchas repetidas durante toda la campaña, "cuando se produzcan los desahucios debe haber una alternativa para todo el mundo y hacerlo posible para que se produzcan los menos posibles".
La alcaldesa de Madrid pretende abrir este mismo verano los comedores escolares para niños sin recursos, no contratará asesores externos y además, cumplirá sus funciones, dice, en metro, en bus, y en bicicleta.
También se ha comprometido a llegar al trabajo sobre dos ruedas el nuevo regidor valenciano, Joan Ribó que ha explicado su primera y barata medida, que según él, "no vale ni un euro", abrir la puerta de autoridades del consistorio para que los ciudadanos puedan visitar el museo.
Pero, además hacerlo en sentido metafórico, se trata de "abrir las puertas y las ventanas de este Ayuntamiento para que entre aire fresco y con un objetivo, que este Ayuntamiento vaya teniendo cada día más las paredes de cristal y sea un Ayuntamiento totalmente transparente".
Ribó también levantará las alfombras encargando una auditoría del Ayuntamiento. Compromisos parecidos a los que escuchamos en laSexta Noche, seis nuevos alcaldes contaron sus intenciones, algunas de alcaldes que repiten, pero que también se suben al carro de la regeneración.
El alcalde popular reelegido en Santander, íñigo de la Serna, aseguró que tiene la intención de volver a "bajarme un 15% el sueldo". Otras medidas están en la línea de Carmena, como la del socialista elegido en Sevilla, Juan Espadas, que afirmó que "a partir de ahora, la policía local no participará en la ejecución de los desahucios".
Medidas corte social, que según sectores de la derecha podrían provocar cifras de déficit en torno a los 250 millones de euros en Madrid, o los 900 de la Barcelona de Ada Colau, quien ha resumido su principal compromiso con los ciudadanos, "echádnos si no hacemos lo que dijimos que haríamos", o lo que es lo mismo, mandar obedeciendo.