Ni formación ni experiencia, para trabajar en el ayuntamiento de Yuncos, en Toledo, hace falta ser español. Así lo especifica el bando municipal que ofrece 100 puestos de trabajo durante tres meses, eso sí, bajo un requisito imprescindible: “Convocatorias para ganar el afecto de la población de una forma ilegal me parece escandaloso” dice Juan Bautista, de la Federación de Servicios de Servicios a la Ciudadanía de CCOO.

Sobre todo porque excluye a más de un 20% de sus habitantes. Entre ellos Katy, lleva siete años empadronada en Yuncos y reúne condiciones de sobra para trabajar: “Tengo un curso de manipulador de alimentos, tengo un curso de comercio como cajera”. Para su Ayuntamiento sin embargo no es válida. Tampoco Hadiya que lleva esperando la nacionalidad desde el año 2008.

Son solo parte de los afectados por una convocatoria pública a todas luces xenófoba aunque también tiene sus defensores: “Yo reconozco que la demás gente está necesitada pero primero los del pueblo y luego los forasteros” dice uno de los vecinos. Forasteros que, en muchos casos, llevan más de 15 años viviendo y pagando sus impuestos en el municipio.

Pero el Ayuntamiento no responde, ni siquiera a nosotros los criterios en los que se basa este plan social que de social tiene muy poco en el momento en que divide entre vecinos de primera y de segunda.