Los suyos defienden que era un abandono anunciado, aunque comprenden que haya quien quiera definirlo de otra manera, como Maíllo, quien afirma: "Entiendo que se quieran poner nombres pero lo cierto es que se tenía que producir ese relevo, otra cosa es el momento en el cual se produce".
Sin embargo, fuera del Partido Popular sí tienen claro cómo calificar la salida de Trillo de la embajada. Un ejemplo es Albert Rivera, quien piensa que "llega tarde y mal, era un enchufe de Rajoy y encima sin pedir disculpas".
Esperan que ese perdón salga de la actual ministra de Defensa en la comparecencia del lunes, y por contrapartida, Bono le recomienda no volver al Consejo de Estado porque "desde un punto de vista moral, no debería ir".
Para podemos, la actitud del Gobierno también se queda corta, como ha afirmado en Al Rojo Vivo Pablo Iglesias, diciendo que el Gobierno debe reconocer que lo hizo mal y por qué lo hizo mal. Asegura que Trillo se ha ido por la presión civil y no por la de su propio partido.