El Papa Francisco ha expresado su "cercanía" a las víctimas del terrorismo en respuesta a una carta remitida por la Asociación Pro Guardia Civil en la que, además, se remite a los cauces internos de la Iglesia española para que sea aquí donde se tramiten las quejas por la posible "connivencia" con ETA de algunos curas del País Vasco.
Así consta en una carta fechada el 4 de marzo en respuesta dirigida a la presidenta de APROGC, Begoña Uña Cantalapiedra, en la que la Nunciatura en España traslada las consideraciones al respecto del Papa tras las quejas por la posición sobre ETA del párroco de Lemoa (Vizcaya) en una serie documental para televisión.
"Su Santidad asegura a la señora Uña Cantalapiedra la cercanía y la oración del Santo Padre por todas las víctimas, así como informarle que el propio Ordinario tiene la competencia en primera instancia para valorar cualquier infracción por parte de un clérigo, como se ha hecho en este caso, pudiendo el clérigo recurrir la decisión en el modo que prevé el derecho", señala la carta.
En un comunicado, APROGC ha valorado las palabras trasladadas desde la Secretaría de Estado de Su Santidad, subrayando que "traslada la cercanía y la oración por todas las víctimas", algo que agradece al valorar la "cercanía y su comprensión" del Papa Francisco.
El pasado 8 de febrero, el nuncio en España, Bernardito Auza, explicó a la asociación de guardias civiles APROGC que se había remitido al Papa la carta en la que expresaban su queja por la "connivencia" de algunos sacerdotes de la Iglesia vasca con ETA, "estando a la espera de la respuesta oportuna de la Santa Sede".
APROGC insiste en denunciar el "comportamiento deplorable de una parte del clero vasco", lo que motivó su carta de 15 de diciembre para pedirle al Papa que interviniera ante declaraciones como la que había realizado en una serie documental de televisión el párroco de Lemoa.
La asociación sostiene que este sacerdote "justificaba a la banda terrorista relativizando sus atentados" y pedía Francisco que mostrara en este caso que es "inflexible contra actitudes impropias del personal de la Iglesia".
APROGC lamentaba que dentro de la Iglesia "se justifique y aplauda a una banda de asesinos, sin entender como esa parte del clero vasco sigue humillando a las víctimas, cuando debería prevalecer el consuelo y el aliento necesario para superar esta triste etapa de nuestra historia".