Cataluña ha vivido una Diada marcada por el inicio de la campaña electoral del 27S, polarizada por los partidos favorables y contrarios al proceso soberanista, y por una multitudinaria marcha independentista que ha recorrido la avenida Meridiana de Barcelona.
La celebración de la Diada ha sido criticada por el Gobierno por su utilización partidista por parte de las fuerzas que defienden la independencia, que han reunido en las calles de Barcelona a centenares de miles de personas -1,4 millones según la Guardia Urbana y entre 520.000 y 550.000 según la Delegación del Gobierno-.
Apenas iniciada la campaña electoral del 27S, la jornada ha comenzado con la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova, conseller en cap de Barcelona que cayó herido el 11 de septiembre de 1714 durante la Guerra de Sucesión.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, acompañado por sus consellers, ha sido el primero en hacer la ofrenda floral y, aunque por la tarde no ha participado en la manifestación independentista, ha recibido a sus organizadores.
Como ya es habitual en los últimos años, a la ofrenda al monumento de Rafael Casanova no han acudido ni el PP ni Ciudadanos. Por primera vez en la Diada, la Delegación del Gobierno en Cataluña ha celebrado un acto institucional de carácter cultural en el archivo de la Corona de Aragón de Barcelona.
En este acto la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, ha defendido la Diada como una festividad para reivindicar una Cataluña "con unas marcadas señas de identidad, plural y unida, dentro de una España plural y unida". La jornada ha contado por la tarde con la manifestación independentista convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en la Avenida Meridiana de Barcelona
UN ACTO CLAVE EN UN MOMENTO DECISIVO