El golpe de Estado del 23F no salió como esperaba Antonio Tejero y aunque el resto de su vida se intuía entre rejas, en su reclusión en la cárcel Castillo de la Palama, el exteniente coronel disfrutó de inmejorables vistas a la ría, permiso para recibir visitas, trato vip y barra libre de marisco. "Su celda, que no era una celda, no tenía rejas. Aquel entorno era propio de alguien al que tratan de forma exquisita", explicaba Rafael Pillado, vicepresidente de la asociación cultural Fuco Buxan, en declaraciones a laSexta.
"Se hizo una gran inversión llevando calefacción, agua caliente, mobiliario para que estuvieran realmente, más que en una prisión, en un hotel", denuncia el historiador Enrique Barrero.
A pesar de todos estos lujos impropios de una cárcel, sus socios en el golpe de Estado internados también en Ferrol, no tuvieron tanta suerte según la prensa de la época. "Milans no se encuentra cómo en la prisión ferrolana de Caranza", titulaba un artículo de 'El Correo Gallego'.
A Milans del Bosch, que compartía cárcel con Torres Rojas, no debía parecerle suficiente su celda-suite con mayordomo. "Como mayordomo les servía todas las comidas y les atendía durante el día”, explicó el hombre que atendió a Miláns y Torres Rojas en El Intermedio. Hicieran lo que hicieran y a pesar de estos lujos no debían estar muy a gusto porque ninguno llegó a cumplir íntegra su condena.
TEJERO Y SUS AMIGOS CELEBRARON EL ANIVERSARIO DEL 23F CON UNA GRAN PAELLA
Días antes de que se cumpliera el 33 aniversario del intento del golpe de Estado del 23F, Antonio Tejero, su hijo y otros golpistas como Jesús Muñecas, conmemoraron la fecha con una gran paella en acuartelamiento de la Guardia Civil de Valdemoro.
En total, unas 12 personas estuvieron presentes en la celebración, que incluyó una exhibición de vehículos y material armamentístico y una paella de menú