El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha atendido a los medios de comunicación después de comparecer en la Audiencia Nacional en su primer día de libertad condicional a la espera de juicio, después de que ayer el juez le levantara la prisión provisional.
"Yo solamente quiero defenderme, quiero recuperar a mi familia y quiero colaborar con la justicia", ha apuntado Villarejo para quien "hoy comienza el kilómetro cero". "Voy a pedir copia de todo lo que me incautaron", ha señalado.
"Nunca fui un policía normal, nunca tuve despacho y casi todos mis trabajos privados eran condicionados por el interés público", se ha defendido.
El instructor del caso Tándem, el juez Manuel García-Castellón, aceptó la petición de la Fiscalía Anticorrupción de dejar salir a Villarejo de prisión, debido a la imposibilidad de juzgarlo antes de que cumpla el límite de la prisión provisional en noviembre, y con la intención de dejar un remanente de tiempo en prisión provisional, por si fuera necesario.
Villarejo también ha pedido que se investiguen las filtraciones de información que, presuntamente, procedían de él mismo: "Estar en una celda de cinco metros con todo intervenido y de pronto dicen que Villarejo filtra", ha denunciado. "Villarejo es un mentiroso, pero al mismo tiempo afecta a la seguridad del Estado", ha destacado.
El comisario jubilado ha mostrado su placa, en la que muestra que ya no está en activo, y se ha mostrado muy orgulloso de haber sido policía. "Estoy seguro de que toda esta patraña al final verá la luz en el momento en que pueda defenderme", ha asegurado.
Además, ha denunciado las condiciones en las que se le ha tratado en la cárcel de Estremera (Madrid), donde ha permanecido retenido desde el 5 de noviembre de 2017. Según él, le han retirado la calefacción de la celda, lo que le provocó el ictus por el que ahora lleva un parche, además de que le han "puesto en pelotas mil veces, me han mirado el esfínter a ver si tenía un teléfono".