Nada más pisar suelo institucional, está todo lleno de escalones. Tal y como se encuentra  en estos momentos el hemiciclo de la cámara alta, a la senadora de Podemos, Virginia Felipe le resulta imposible acceder a la Tribuna, no hay rampas.

Dice la senadora que no podría hacer la toma de posesión. Un gesto simbólico que le gustaría realizar, en las mismas condiciones que el resto. No es el único obstáculo al que tiene que hacer frente, para ocupar el que sería su escaño dice Virginia "tengo que acceder por la puerta trasera". Ese sitio tendría que situarse en una esquina, con un sistema de votación adaptado.

Por los pasillos también se cruza alguna traba. Su escasa movilidad hace que aquí, al igual que en su casa, necesite a una persona que le ayude a manejarse en su despacho. Adaptaciones que la cámara se compromete a realizar durante este periodo de disolución. Con ello, Virginia Felipe construiría el primer paso del reto que le espera "que el Senado sea accesible para todas las personas".

Una tarea a la que ya se enfrenta  Pilar Lima, la primera senadora sorda en España. Ambas comparten un  objetivo "contribuir a dar visibilidad y dar una imagen positiva a la diversidad de la diferencia para su normalización" asegura Virginia. Un desafío para el que tendrán que demoler barreras y prejuicios.