Vox ha admitido que financió las campañas de las elecciones generales y municipales del año pasado con sendos créditos por un importe total de 9,2 millones concedidos por el banco húngaro Magyar Bankholding (MBH), el segundo del país y cuyo accionista mayoritario sería el Gobierno ultraderechista de Viktor Orbán.
Esto es algo que podría chocar con la ley de financiación de partidos políticos, que sentencia que un partido no podrá aceptar ninguna forma de financiación de empresas relacionadas con gobiernos extranjeros.
Al ser preguntados por laSexta, Vox niega que ese préstamo sea una forma de financiación. "Ese artículo se refiere a las aportaciones. Esto no es una aportación, es un crédito", asegura Pepa Millán, portavoz de Vox en el Congreso.
Pero la ley para los juristas no diferencia. "Los préstamos son operaciones de financiación". Cualquier forma de ingreso económico que sirva para poder abonar las actividades de un partido", señala el magistrado Joaquim Bosch.
Sin embargo, Pepa Millán insiste en defender que "ese artículo se aplica a las aportaciones y esto es un crédito. Por tanto, se rige por la ley orgánica del régimen electoral general".
Unas declaraciones que rechazan los expertos. El magistrado Ignacio González asegura que la ley se centra en "todo lo que se refiere a la forma en la que los partidos políticos pueden desarrollar su actividad", destacando que "todo viene dado por la ley de financiación de los partidos políticos".
En el texto de la ley se puede leer que están prohibidas las aportaciones a partidos de personas o entidades extranjeras. En la misma línea que el Tribunal de Cuentas. Preguntado por este tema, nos dice que aún están analizando la financiación de esa campaña, pero insiste en estas restricciones a la hora de obtener ese dinero.