Habrá dinero público para los centros privados y concertados, los grandes privilegiados de la reforma de la ley educativa de Wert. El ministro de educación propone dar ayudas a los colegios que segreguen por sexos, algo que no estaba permitido hasta ahora.

También recibirán dinero público los centro privados que escolaricen a los alumnos cuyos padres quieren que estudien sólo en castellano. Además establece la libre elección la zona única y ya hay quien dice que favorece la discriminación económica aparte de ampliar, de cuatro a seis años, la duración mínima por la que se puede concertar un colegio.

La otra gran favorecida por el Ministerio es la Iglesia. Convencieron a Wert para imponer la asignatura de religión que hasta ahora no era obligatoria y que sólo un 50% de los alumnos cursaba. Ahora los escolares deberán elegir entre 'religión' o 'valores culturales y éticos', así los obispos se aseguran un  mayor número de matriculaciones.

"La religión cumple un propósito para la conferencia episcopal y es coaccionar a la ciudadanía para que se vean sujetos de una imposición religiosa por la que no optarían si no fuera obligatoria", explica José Luis Pazos, portavoz de CEAPA.

Y por supuesto la elección de libros de texto y contenidos la tiene exclusivamente la autoridad religiosa, sólo ellos decidirán, por ejemplo, qué enseñar sobre un tema como el aborto. No habrá otra versión porque además desaparece, definitivamente, 'educación para la ciudadanía'.