Las alianzas de izquierdas tanto en la ciudad de Valencia como en la Generalitat Valenciana son un golpe para el PP, que afirma que se les está intentando excluir de manera "antidemocráctica" de las instituciones. Los socialistas valencianos, por su parte, siguen pendientes de que el apoyo a Compromís en el Ayuntamiento de Valencia sea devuelto para poder hacerse ellos con la Comunidad.
El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, afirma que los acuerdos tendrán que situarse "en el espacio de la coherencia, porque esto no es ni un cambio de cromos ni un juego de tronos",ha declarado.
La candidata de Compromís no ha renunciado por completo a ser presidenta de la Generaltitat; Mónica Oltra sabe que Ximo Puig depende de ella y no se rinde: "la sociedad nos ha pedido que lideremos la creación de un gobierno de cambio" ha dicho, aunque su número dos, Enric Morera, matiza: "no hay ningún empeño de Mónica Oltra de convertirse en presidenta".
El plan B del socialista Puig para alcanzar la presidencia podría haber sido Ciudadanos, pero el partido de Albert Rivera y su candidata lo han dejado claro a través de Twitter: suspenden conversaciones con los socialistas valencianos en toda la Comunidad tras haberle dado la alcaldía a Compromís. Aun así, esa alcaldía está ya apalabrada y casi consumada. Joan Ribó, de compromís, se ve ya con el bastón de mando gracias al apoyo de los socialistas de Joan Calabuig.
El 13 de junio se constituirá la alcaldía, pero la Comunidad, si no hay favor de vuelta de Compromís al PSOE valenciano, tendrá que esperar.