Los miembros de la "Fraternidad Islámica" preparados supuestamente para atentar en Cataluña se encuentran en prisión. El menor detenido ha sido internado en un reformatorio. El juez Pedraz les acusa de querer remedar aquí los crímenes de ISIS, macabara puesta en escena incluída, con un objetivo: actuar sin piedad con los enemigos y tratarlos con extrema violencia para aterrorizarlos. Nosotros hemos sufrido nuestra propia dosis de terror", aseguraba el líder.

Éstas son palabras que el presunto líder de la célula terrorista, un peluquero granadino convertido al Islam y rebautizado como 'Aalí', anotó sobre su copia del Corán, que los Mossos incautaron. En sus diarios, según recoge el auto del Juzgado Central, 'Aalí' declaraba orgulloso su compromiso con la Yihad: "ser musulmán en un mundo dominado por infieles e impíos. Habrá que hacer algo. Mi misión es hacer lo que sea necesario para llegar hasta el fin".

Para ese fin, entre sus cosas, los Mossos encontraron también guías manuscritas de entrenamiento militar y croquis para fabricar bombas caseras. El grupo tenía también varias armas y ya había señalado potenciales objetivos, como la directora de una sucursal bancaria, una comisaría, una librería judía o un céntrico hotel de Barcelona.

Otra de sus prioridades era captar nuevos adeptos a los que intentar enviar a Siria e Irak, con argumentos que se repiten en las conversaciones intervenidas entre la célula como "sabes que morir en nombre de Alá no duele, que es como un pellizquito".

Pero la recompensa, la gloria es grande, solía decir 'Aalí', siguiendo el manual de reclutamiento de Al Qaeda. Aunque los planes de estos potenciales terroristas aún eran tentativos, la 'Fraternidad Islámica' catalana ya era la célula yihadista más preparada desactivada nunca en España.