Además de haber sido apoderado una offshore, el ministro de Finanzas de Andorra estuvo vinculado al negocio de los diamantes de sangre. Jordi Cinca tenía un 10% de acciones en Grup Orfund, un conglomerado que se dedicaba a fundir oro y a tratar con piedras preciosas.
Tres filiales del grupo operaban en Liberia en la época del sanguinario dictador Charles Taylor, que por carta ordenaba conceder privilegios tributarios a una de esas sociedades.
Taylor está condenado a 50 años de cárcel por crímenes contra la humanidad, y en el juicio quedó probado que el dictador financió su lucha en la guerra civil con el tráfico de diamantes.
Pero Cinca no solo tenía acciones, también trabajaba de forma activa en Grup Orfund. En un documento Cinca consta como remitente de un envío de 500.000 pesetas a Elhaji Fofana, 'señor de la guerra' y hombre de confianza del dictador, con el que se asoció la empresa andorrana para poder explotar minas de diamantes en Liberia.
Además, Cinca tenía contacto a través de la empresa con Fernando Fernández Robleda, socio de uno de los mayores traficantes de armas de África.
Cinca saltó hace unos días a la palestra por haber sido apoderado, como él mismo reconoció, de una offshore en Panamá. Hoy su versión sobre estos negocios es que no eran ilegales ni clandestinos.
La oposición del gobierno del Principado pide su dimisión por manchar, dicen, la imagen de Andorra.