Paloma, hija de Pablo Picasso, gestionaba su multimillonaria herencia en obras de arte del pintor malagueño a través de una estructura en Bermudas; una estructura creada junto a su exmarido, el empresario argentino Rafael López Cambil.
En la cúspide, un fideicomiso, el 'Bermuda Trust', propietario de la mayor parte de las obras. Por debajo, una sociedad también de Bermudas llamada 'Artvest', dedicada a la venta de algunos de los cuadros. Una vez vendidas, los beneficios en efectivo se desviaban al fideicomiso, y éste a paloma Picasso y López Cambil para sus gastos.
Todo ello se preparó para ahorrarse el pago de impuestos, como queda de manifiesto en los documentos del proceso de divorcio que se produce en 1997, y que forman parte de los Papeles del Paraíso. "El 'Bermuda Trust' se crea en 1982 (...) para eludir el impuesto del 28% de Estados Unidos sobre los beneficios en la venta de obras de arte", reza el escrito.
El matrimonio vivía en Estados Unidos entonces. Pero en 1993 se trasladan a Reino Unido por la misma causa. "Lo hicieron principalmente por una cuestión de impuestos. En la ley inglesa, los beneficios generados fuera del Reino Unido no cuentan para determinar la carga impositiva", continúa el documento.
Además, Paloma Picasso contaba con una segunda estructura offshore para sus negocios como diseñadora y perfumera con sociedades en otros paraísos fiscales como Guernsey y las Antillas Holandesas.