El edificio, una antigua sede de la Policía Federal, estaba ocupado por unas 50 familias y al menos tres personas podrían estar desaparecidas, de acuerdo con las autoridades. "Hay posibilidad de otras víctimas", afirmó el coronel del Cuerpo de Bomberos Max Mena, en declaraciones recogidas por medios locales.
La única víctima mortal
confirmada por el momento es un hombre que estaba siendo rescatado por los
bomberos cuando la estructura se desplomó. "Estábamos intentando salvarlo,
pero desgraciadamente se vino abajo junto con el edificio. Fue un intento rápido,
habilidoso, por cuestión de segundos no lo conseguimos", agregó Mena.
Las llamas comenzaron
sobre las 1.30 hora local (4.30 GMT) y el fuego se esparció rápidamente por el
resto de plantas y afectó a un edificio vecino, ambos situados en el centro de
Sao Paulo. El desplome de uno de los edificios también provocó daños en una
iglesia próxima, que tuvo una parte de su estructura damnificada.
El gobernador de Sao
Paulo, Márcio França, afirmó que el derrumbe del edificio era una tragedia
"prevista" debido a sus malas condiciones, pero resaltó la batalla
"judicial" existente para intentar retirar a las personas que viven
en ese tipo de predios.