Con un golpe en la cabeza y las gafas rotas. Así es como acabaron el lunes Adrián Álvarez, alcalde de Fuenterrobles y su pareja, Josua Solaz, después de que una vecina les agrediese a puñetazos y les lanzara insultos homófobos, según han denunciado. "Si en vez de Adrián y Josua somos Adrián y Carmen pues posiblemente no se atreve a ponerse delante de mí y a darme un puñetazo", lamenta el primer edil de la localidad valenciana.
Habla de una vecina del municipio a la que no conocen, de la que tan solo habían recibido algunas quejas por el humo que sale de su restaurante. Este lunes, cuentan, comenzó a increparles a las puertas del local que regentan. "Empieza a decirme si se tiene que dirigir a mí como alcalde o como alcaldesa", relata Adrián. Josua, por su parte, explica que les dedicó insultos homófobos como "maricones" y "mariconazos de mierda".
Insultos que, por si fuera poco, iban acompañados de burlas y una actitud violenta, con "muchos aspavientos, como haciendo la típica parodia de las manitas", en palabras de Josua. Pese a todo, ellos dicen que no logró hacerles perder la paciencia, pero la cosa no quedó solo en una presunta agresión verbal, sino que, después de las palabras, llegaron los golpes. "Empieza con el puño cerrado a darnos en la mandíbula a mí, a mi pareja en la cabeza, le rompe las gafas", cuenta el alcalde.
Un forcejeo entre los tres por el que la presunta agresora terminó cayendo al suelo y acusándoles de haberla agredido. Un presunto ataque homófobo que las víctimas no dudaron en denunciar al día siguiente, cuando se llevaron, dicen, "la sorpresa" de que ya habían sido denunciados por esta persona por agresión.
Ahora, ambos luchan porque nadie tenga que volver a pasar por lo mismo. "Nadie tiene por qué vivir una situación donde se le insulte ni mucho menos se le pegue por su condición sexual", asevera Josua. Una opinión compartida por un pueblo que se ha volcado con ellos.
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Localizaba establecimientos con un único trabajador, realizaba su pedido y al proceder al pago, aprovechando el despiste del dependiente, lo amenazaba con un arma hasta que le entregaba el dinero de la caja registradora.