El alcalde de Lugo, José López Orozco, a afirmado que esta basura "promociona la ciudad". Lo dijo en la radio, pero ahora dice lo contrario: "Jamás dije eso, sino cómo voy a ser tan corto para pensar que la basura pueda traer a alguien".
Pero tras 52 días de huelga de basura los vecinos sólo ven basura, ratas, moscas, riesgo de contagio y ahora, contenedores quemados. Son ya 15 los contenedores calcinados en la ciudad, los vecinos están muy preocupados, por la noche nadie aparca su automóvil al lado de la basura.
Los turistas lleguan pero menos de los deseables. Comerciantes y hosteleros no huelen el dinero veraniego propio de estos días, sino más bien la basura en las calles.
Las cinco reuniones entre la empresa concesionaria Urbaser y los trabajadores no ha dado el resultado deseado. El consuelo para los lugueses es que el cumplimiento de los seervicios mínimos ha reducido las alertas sanitarias.