Durante tres años, Toni alquiló su casa de Castellón como un lugar de descanso al lado de la playa. Sin embargo, nunca imaginó que se la encontraría completamente destrozada, después de que su inquilino la convirtiese en un macrocultivo de marihuana.
"Me han dejado todo destrozado, han quitado todos los muebles, el sofá y todo lo que había", explica el propietario, mientras muestra el desolador estado en que ha quedado su vivienda.
"Está todo destrozado, todas las paredes, el suelo... el mobiliario no existe porque lo han quitado todo para utilizar cada centímetro para el cultivo de marihuana", lamenta.
Fue la Policía Nacional quien descubrió esta plantación durante una intervención antidroga. "Como me informó un vecino, vine y al encontrarme la vivienda desde fuera así llamé a la Policía y cuando vino la Policía entré dentro", relata Toni.
Una vez en el interior, descubrió con horror que la casa que conocía ya no existía. El exterior de la casa, que el inquilino se comprometió a mantener, también tenía un aspecto muy distinto: montones de basura, decoración destrozada y la piscina llena de agua estancada.
Los destrozos superan los 180.000 euros, a los que se suma la pérdida de recuerdos de gran valor sentimental. "Esta era una habitación que no estaba alquilada, había cosas personales mías: había gimnasio, espejos, una vitrina con trofeos míos, porque soy deportista de élite de competición de culturismo, y todo eso ha desaparecido", lamenta el dueño.
Por el momento, el caso se encuentra bajo secreto de sumario y el inquilino está en prisión provisional.