La campaña se acompaña
de gráficos con una metáfora con perfiles de los diferentes tipos de fauna
callejera: el gallito que dice piropos a unos metros de distancia; el cerdo que
grita barbaridades; el buitre que está al acecho; el pulpo que se pega cada vez
que puede o el búho que no te quita ojo de encima.
Todo ello cerrado con
los mensajes: "Estos comportamientos no son propios de personas";
"Ayúdanos a que la fauna callejera se extinga" y "El acoso
callejero es una forma de violencia machista". Con el lema #NoSeasAnimal,
la campaña se difundirá a través de redes sociales y medios de comunicación.
Durante el acto de
presentación de la campaña, el director del Instituto Andaluz de la Juventud ha
señalado que el acoso callejero es la práctica "machista y sexual más
comúnmente aceptada", que favorece la situación de vulnerabilidad sexual
de las mujeres.
"Se trata de
comentarios sexuales explícitos o implícitos que los hombres hacen cotidianamente
a las mujeres en las calles, sin ver en ello violencia", y que van desde
el "piropo que cosifica hasta la realización de fotos o los roces en
transportes públicos".
La directora del
Instituto Andaluz de la Mujer, Elena Ruiz, ha indicado que el acoso callejero
es una práctica abusiva en la que "el hombre hace uso de su conducta
machista para creerse en el derecho de tratar a las mujeres como objetos
sexuales, normalizando así una situación de vulnerabilidad que a veces deriva
de agresiones o abusos sexuales".
La campaña es el colofón
de la VIII Escuela de Igualdad, que durante este otoño ha llegado a casi 500
jóvenes de 14 a 17 años de centros de secundaria de las ocho provincias
andaluzas.