El objetivo es claro nada más entrar en la página web. '¿Es posible dejar atrás la homosexualidad?', se plantea en la misma, y ellos mismos dan la respuesta: "Sí, es posible" gracias a sesiones de coaching. Así presenta su trabajo una mujer que acaba de ser sancionada por la Comunidad de Madrid por ofertar sesiones de carácter homófobo.
Se trata del primer expediente muy grave contra una supuesta terapia para curar la homosexualidad. Ella asegura que la heterosexualidad es innata. "La homosexualidad no es un tema de orientación sexual. En la mayoría de los casos es un desorden de identidad", se llega a asegurar en la página.
El colectivo Arcópoli la denunció en 2016, y la Comunidad de Madrid ha anunciado su sanción coincidiendo con el escándalo de las supuestas terapias del Obispado de Alcalá de Henares.
"Estamos ante un caso sistemático en el que estos cursos se llevan impartiendo años", ha denunciado, en una entrevista en el programa Al Rojo Vivo, Eduardo Rubiño, candidato de Más Madrid a la Comunidad de Madrid. Por otra parte, ya se ha podido ver por fin al Obispo Reig Pla, que no quiere hablar de la polémica.
Además se han han conocido nuevos casos de homosexuales que acudieron a su diócesis. "Muchas de las personas que entran en estas terapias terminan siendo medicadas porque quieren controlar los impulsos de la persona, la libido o bajar el deseo sexual. A mí sí me medicaron", ha relatado en Sergio, víctima que denuncia haber recibido una terapia ilegal, en declaraciones a la Cadena SER.
Les ponían incluso deberes, como leer libros de un supuesto terapeuta estadounidense llamado Joseph Nicolosi, que afirma lo siguiente: "Si dan con un buen terapeuta, podrán experimentar un cambio real y significativo". También, ver vídeos donde se relaciona la homosexualidad con los traumas, los complejos o la falta de integración.
Forzada a alquilar su vientre
Le quitan el bebé a una mujer a la que le implantaron un embrión de otra pareja por error: Kyrstena 'tuvo' un bebé negro de un donante blanco
¿Qué pasó? Kyrstena Murray se sometió a un tratamiento de fertilidad con un donante anónimo, pero al dar a luz, el bebé era negro, cuando ella había pedido un donante blanco. Las pruebas de ADN revelaron la negligencia: la clínica le había implantado el embrión de otra pareja.