El perfil del 80 por ciento de los yihadistas presos en España tienen edades comprendidas entre los 25 y los 35 años de edad, es decir, se trata de personas jóvenes y con hijos que en muchos casos son la primera generación de inmigrantes que llegan a España.

En eso se diferencian de los presos yihadistas de otros países del entorno como Francia o Reino Unido. En estos países la mayoría de presos islamistas son en su mayoría representantes de la segunda o tercera generación de inmigrantes con intereses diferentes a los de sus padres, que básicamente tenían una necesidad económica.

El preso islamista español viste en la cárcel ropa de acuerdo con sus creencias islámicas, se dejan crecer la barba y llama la atención el perfecto estado de las uñas de sus manos, que pese a todo lucen callos igual que en la frente debido al rezo.

Casi siempre portan un 'tasbih', un objeto parecido al rosario para dirigir sus oraciones. En sus celdas casi nunca falta un Corán y suelen estar decoradas con frases de ese libro sagrado para el Islam.

Esta minuciosa descripción ha sido aportada por el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, durante su intervención en un seminario sobre yihadismo y terrorismo organizado por la Universidad Camilo José Cela en Madrid.

En la mayoría de los casos, los presos islamistas carecen de formación académica. A muchos de ellos se les puede considerar incluso analfabetos, ha apuntado el juez, según el cual, la mayoría no habla español, sino árabe o francés.

De los 81 presos islamistas repartidos por las prisiones españolas, sólo 19 tienen una sentencia de condena firme mientras que hay 62 en situación de prisión preventiva.

Al dato de los 81 presos islamistas hay que sumarle otros cinco menores de edad con expedientes de reforma abierto. Tienen entre 14 y 17 años y son tres chicas y dos chicos. Fueron detenidos cuando se preparaban para viajar a Siria o Irak para unirse a grupos yihadistas. Dos de ellos están en libertad y sólo uno cuenta ya con sentencia firme. Los otros cuatro esperan su sentencia para principios del año que viene.

El magistrado ha explicado que la mayoría de ellos procede de orígenes humildes. Sus familias reaccionan a su radicalización de tres formas: sorpresa, indiferencia, o apoyo dado cuando son familias muy radicalizadas.