Las conclusiones provisionales de la autopsia de Sara, la mujer de 39 años fallecida tras una lipoescultura a la que se sometió en Cartagena, apuntan que la causa inicial de la muerte fueron las "complicaciones derivadas de tratamiento quirúrgico estético" y que la causa inmediata de su defunción fue un "fallo multiorgánico irreversible".
Sara y el cirujano que la operó eran amigos, según relataba el médico a 'El Español' estando ella aún en la UCI. Antes de la intervención, cuando ella le preguntó si "se podría hacer la marcación" teniendo una abdominoplastia, él le contestó que sí, "perfectamente", según recogen los WhatsApp que ambos intercambiaron y a los que ha tenido acceso el citado periódico.
El doctor accedió a operarla y, cuando ella estaba grave, su respuesta a la pregunta de si en algún momento le indicó que no se sometiera a la intervención fue la siguiente: "La paciente quería cambiar su aspecto físico, voluntariamente. Las conversaciones privadas con la paciente no las puedo revelar, pero se habló todo lo relacionado con la intervención".
El sanitario, sobre el que pesa una denuncia de la familia de Sara por homicidio imprudente, aseguraba estar acreditado para realizar operaciones de cirugía estética: "Por supuesto. De lo contrario no me contratarían en clínicas ni podría entrar a un quirófano", argumentaba el facultativo, que agregaba que hizo "la especialidad como cirujano del Hospital Virgen de la Arrixaca, un puesto muy difícil".
El médico aseguró haber realizado tantas intervenciones que "enumerar cuántas" le "sería imposible", pero la familia de Sara le acusa de no estar cualificado. Piden "que nadie pueda volver a hacer una intervención si no es con una formación adecuada, reglada y regulada".
Según el cirujano, "en toda intervención quirúrgica existen riesgos de todo tipo", pero aseguraba que esta se desarrolló sin problemas: "La operación de Sara finalizó con el resultado estético esperado, comenzando a presentar cierta inestabilidad en el post operatorio inmediato", afirmó, en declaraciones a 'El Español'.
El médico sostiene que fue un trabajo "bien hecho"
En declaraciones a Europa Press, el abogado del médico que operó a Sara, Pablo Martínez, ha afirmado que este encuentra "consternado" por el fallecimiento y "preocupado" por la situación judicial. Según el letrado, su cliente sostiene que la operación quirúrgica, por la que la mujer le abonó 5.700 euros en dos transferencias, fue un trabajo "bien hecho".
Además, Martínez ha justificado que ni el doctor ni él se hayan personado este martes en los juzgados de Cartagena a raíz de la denuncia interpuesta por la familia porque la citación se les comunicó este lunes, "de un día para otro". Por ello, ha explicado, solicitó atrasar unos días la declaración para conocer el contenido de la denuncia y otros documentos asociados al caso y poder estudiarlos, algo que la jueza "vio bien", según Martínez, que ha asegurado que "el juzgado estaba informado".
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"Se están diciendo barbaridades", ha denunciado asimismo el abogado, que afirma que el doctor está recibiendo "amenazas" y que incluso han aparecido pintadas contra su cliente.