Los que esperan para entrar en España de manera irregular encuentran en las avalanchas de comerciantes en el paso fronterizo de Beni Enzar una buena alternativa a la valla. La policía reconoce que no es fácil impedir el paso ya que, en los días de mayor tránsito de personas por la frontera, llegan a producirse aglomeraciones y avalanchas que hacen prácticamente imposible la labor de control de la policía y de la Guardia Civil, que tienen serios problemas para frenar la inmigración irregular.

"Intentan entrar por sitios no habilitados, como la puerta de salida", dice Miguel Ángel Noguera, agente destinado en el paso. Los días de mucha afluencia pueden pasar por este paso 35.000 personas a pie, la inmensa mayoría comerciantes. Cargan con todo tipo de productos para pasar la frontera andando y ahorrarse así los impuestos que supondría, por ejemplo, un trailer de mercancías.

Pero cuando se acercan a la puerta de salida del país empiezan los problemas. El motivo es que a los comerciantes les están esperando los aduaneros marroquíes, que les quitan al azar parte de la mercancía. "Es un cuerpo aparte que lo que hacen es filtrar la mercancía que entra en Marruecos; tienen su forma peculiar de filtrar, y proceden a veces con cierta fuerza", asegura Noguera.

El resultado son grandes tapones de gente que propician la situación perfecta para los que intentan colarse. Según la policía son los sirios los que más intentan esta forma de acceder de manera irregular a España por su parecido físico a los marroquíes. Si logran entrar en el país habrán conseguido, al menos, una plaza en el CETI.