Bilbao celebra el Desfile de la Ballena, un homenaje a los pueblos de Vizcaya con tradición ballenera. Carrozas y grupos musicales han recorrido la Gran Vía de la ciudad, desde la Plaza Circular hasta la calle Darío de Regoyos, animando al público a emular a los antiguos cazadores de ballenas vascos.

Una gran ballena hinchable de cinco metros de diámetro y doce de largo que lanzaba agua sobre los espectadores ha sido la estrella del desfile, seguido con entusiasmo por los niños. No menos voluminoso era otro de los personajes protagonistas, un pulpo de seis metros de alto y trece de diámetro que escupía confeti por sus tentáculos.

Y el besugo, con sus cinco metros de largo y dos de alto, no se quedaba atrás lanzando humo por la boca y arroz por sus agallas, al igual que el txangurro, otro hinchable gigantesco con dos grandes pinzas y ocho patas que se movían y que lanzaba agua pulverizada a un público agradecido que soportaba el calor en Bilbao.

En su recreación de la tradición ballenera de Vizcaya, presente en localidades como Plentzia, Bermeo, Lekeitio y Ondarroa, ocho arponeros han interactuado en el desfile con los niños, a quienes lanzaban confeti con sus arpones mientras les pedían ayuda para encontrar a la ballena.

Mientras, desde lo más alto de su puesto de vigilancia, el atalayero hacía sonar su campana cada vez que avistaba a la ballena para dar la voz de alerta. Al buen tiempo, el ambiente familiar y la presencia mayoritaria de niños se ha unido la animación de una fanfarria y una banda integrada por una veintena de músicos con trompetas, trombones, saxos y sección rítmica.