Casi no le han dejado ni aparcar su bicicleta. Besos para Roberto y aplausos de los miembros de la Plataforma Antidesahucios y de sus propios compañeros, a los que, dice, representaba cuando hace año y medio se negó a romper la cadena que impedía a la Policía desahuciar a una anciana.

Su trabajo, asegura Roberto, no es desahuciar personas. Por eso cambió sus herramientas por un panfleto de ‘Stop Desahucios’. Debía cortar la cadena que impedía el paso a la Policía para desahuciar a Aurelia, de 85 años, pero prefirió sumarse así a los que lo impedía.

"Por supuesto que sí", ha dicho al ser preguntado si se volvería a negar a cortar la cadena que se colocó en el portal donde residía Aurelia Rey para impedir el desahucio de esta octogenaria.

Le costó una sanción administrativa de 600 euros y recurrió ante un juez, que hoy le escucha para decidir si de verdad alteró el orden público. Y esta fue, dice, la mejor manera que encontró de enfrentarse a ellas.