Tres días después del accidente, aún no hay rastro del helicóptero ni de sus tripulantes. La búsqueda se intensifica y se amplía en un radio de seis millas. Desde este sábado, robots submarinos rastrean las profundidades en busca de alguna pista, las 24 horas.

Cuando la escasa visibilidad de la noche impide a los buzos continuar con los trabajos, el sónar de estos robots intenta hallar señales de la aeronave.

La prioridad de los trabajos es acceder a la cabina del aparato para certificar si los tripulantes se encuentran allí. Pero hasta el momento, los buzos no han conseguido dar con ella.

Esta maniobra acotaría las hipótesis que baraja el ministerio de Defensa. Hipótesis que no descartan que los militares quedaran atrapados dentro del helicóptero ni la posibilidad de haber sido secuestrados por un barco pirata.

El barco holandés que avistó el helicóptero cuando aún estaba a flote intentó amarrar con cables el aparato. Pero la aeronave se hundió. Defensa confirma  que no hay signos de que el helicóptero sufriese algún impacto. La búsqueda en superficie no ha permitido localizar ningún resto de fuselaje.

Los tres tripulantes regresaban de Senegal tras practicar unos entrenamientos, precisamente, sobre identificación de aeronaves siniestradas.

Se trata del capitán y piloto José Morales, el teniente Saúl López y el capitán Johnander Ojeda. Este último, fue el único superviviente de un accidente similar el año pasado en las costas de Canarias.

El ministro Morenés se ha reunido hasta en cuatro ocasiones con las familias, pero las horas pasan y con ellas la incertidumbre sobre el paradero de los 3 militares desaparecidos.