El sistema de vigilancia del Madrid Arena está compuesto por 120 cámaras, ubicadas en el exterior y en el interior. Gracias a sus grabaciones se ha podido comprobar qué ocurrió en uno de los vomitorios de la pista central, a escasos metros de donde se produjo la tragedia.

Pero los dispositivos de seguridad no captaron nada de lo que pasó en el pasillo de la avalancha. Según el diario El Mundo, la cámara situada en ese túnel, era falsa. El Ayuntamiento dice que era responsabilidad de la empresa de seguridad. "De acuerdo con el contrato con la empresa de seguridad, la gestión del circuito cerrado de vigilancia corresponde a Seguriber", decía el vicealcalde del Ayuntamiento de Madrid.

En el recinto habría, al menos, otros nueve dispositivos de ese tipo. Una práctica habitual, y económica, para evitar robos y actos vandálicos en locales y comercios, pero que nunca deben sustituir a una cámara de verdad situada en un punto clave.

El juez Eduardo López Palop ha pedido al Ayuntamiento las grabaciones de las conversaciones telefónicas que se produjeron esa noche entre Policía Municipal y Samur. También las llamadas atendidas en el Centro de Seguridad y Emergencias.

Además, ha pedido a la Policía que recabe información de las operadoras de telefonía sobre las llamadas y localizaciones registradas durante todo el día.