El calor se adelanta cada año más, y con las altas temperaturas de estos días los alumnos están sufriendo las consecuencias en las aulas. Muchos colegios ya han realizado cambios en los horarios de clases como educación física, evitando las horas de más calor, han redistribuido los espacios en el recreo para intentar que los alumnos aprovechen más las sombras o incluso han creado nuevas zonas de sombra de urgencia. También envían circulares pidiendo que traigan ropa de verano, crema solar o gorras para protegerse del sol.
"Salen sudando", "sale colorado, sudando" y "todo el día pidiendo agua", es lo que nos cuentan a la entrada de un colegio madrileño algunos padres. Estamos aún en abril, pero hemos podido comprobar que la mayoría de los pequeños ya acude a clase con ropa de verano: pantalón corto y camiseta de manga corta.
En el CEIP Miguel Delibes, en San Sebastián de los Reyes, combaten el calor abriendo todas las ventanas, regando los patios a primera hora de la mañana y desplegando todos los toldos de que disponen, el último instalado el año pasado, con mesas y sillas debajo para que los pequeños se puedan sentar. "Cuando apriete el calor, vendrán aquí a la zona de sombra en las zonas centrales del día", nos cuenta su director Víctor Crisenti.
Sin embargo, en este otro colegio de Granada, el CEIP Sierra Nevada solo cuentan con un enorme toldo, recién instalado, que han tenido que pagar las asociaciones de padres. "Gracias a las ampas, que con sus ingresos han pagado este toldo, pero no es suficiente", dice su director Isidro Ávila. Reclama a la Junta más áreas de sombra, porque el calor cada vez aparece antes y es una situación que se repite cada año: "Pedimos más sombras, más toldos y dentro de las aulas, mayor climatización", afirma.
Este jueves, a las 12:30 de la mañana, se registraban 33ºC en el patio del colegio, un calor insoportable que hace que las clases de educación física no se puedan dar en las áreas asignadas, como las pistas deportivas. Por eso utilizan unos soportales como lugar de juego para realizar los ejercicios, y aún así, tomando muchas medidas frente al calor, que dificulta las clases. "Tenemos que estar parando mucho las clases para que se hidraten y descansen", cuenta la profesora de educación física, Yolanda Cebrián.
Dentro del colegio, medimos con el termómetro 31º y entramos en el aula de María del Mar Villalobos, profesora de infantil del centro. Hoy realizan una clase de relajación con las ventanas abiertas, porque el calor les altera y les pone más nerviosos. "A primera hora vienen más activos, pero después del recreo les cuesta mucho más, por eso intentamos hacer actividades más dinámicas".
En la Comunidad Valenciana, la Consejería de Educación ha enviado unas recomendaciones a los centros: limitar el ejercicio físico, modificar las horas de patio o servir una comida más ligera en el comedor, pero los los sindicatos piden más medidas a corto plazo; más sombras y toldos sobre todo protocolos más claros.
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"La solución no es mandar a los niños al patio debajo de un árbol donde hay sombra, sino que habiliten medidas estructurales a corto y a largo plazo para estar preparados para el curso que viene", afirma Javier Juan, portavoz del sindicato STEPV y Presidente del Comité de Seguridad y Salud Laboral