España sigue lejos de alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima sobre los coches eléctricos. De los 24,6 millones de turismos que hay en España, más de 14 tienen motor diésel y otros 9 de gasolina. La planta de vehículos eléctricos no supera los 300.000 en todo el país, según ANFAC. Con estos datos, es evidente que el impacto de la inflación de los carburantes ya está provocando cambios en los hábitos de conducción que podrían causar 'efecto rebote' al apurar la reserva para ahorrarnos algunas visitas a la gasolinera.

La fluctuación de las tarifas está causando que los consumidores apuren sus depósitos más de lo que lo hacían a comienzos de año, a pesar de que el descuento de 20 céntimos por litro que impulsó el Gobierno en el mes de marzo se mantiene. Un hábito que, según expertos, podría ser perjudicial para nuestro vehículo.

Javier Torres, mecánico de 'Talleres 1, 2, 3' de A Coruña ha explicado a laSexta.com que "conducir frecuentemente nuestro vehículo hasta llegar a la reserva o hacerlo con el depósito en reserva nos puede producir varias averías en el vehículo de importes elevados".

En concreto, podemos dañar la pre-bomba de combustible, que es la que va situada dentro del depósito. "Dicha bomba es la que nos bombea el combustible hacia la bomba de alta presión (ubicada en el compartimento motor). Ésta pre-bomba, al trabajar con el depósito en reserva, puede chupar impurezas que se van depositando en el fondo del depósito de combustible y acabar dañada", ha explicado Torres.

También, ha indicado a laSexta.com, "puede coger temperaturas más elevadas que la pueden dañar, ya que se refrigera con el combustible que hay en él interior del depósito y, al encontrarse en reserva, podría no cubrir toda la bomba".

En tercer lugar, conducir durante un tiempo prolongado con el depósito en reserva también puede causar la obstrucción del filtro de combustible por succionar más impurezas de lo normal , ya que están depositadas en el fondo del depósito.

Sin embargo, la avería más costosa y severa que puede sufrir el vehículo es el desgaste prematuro de la bomba combustible de alta presión: "La bomba de alta presión necesita flujo constante de combustible. Andar en reserva puede ocasionar que dicha bomba aspire aire y, de esta manera, tenga que hacer un sobreesfuerzo que puede acelerar su desgaste". De este modo, a largo plazo, según ha indicado Javier Torres, nos podemos ver obligados a sustituirla.

Estos problemas se pueden ver agravados en los motores diésel. Según ha indicado el mecánico, "en estos vehículos los sistemas de inyección son más sensibles al agua, que se puede formar por condensación en el depósito". Por tanto, "cuánto más vacío esté el depósito, más probabilidad habrá de que se forme condensación en el".

En este sentido, Javier Torres recomienda "no bajar de aproximadamente 1/4 de depósito, justo antes de llegar a la reserva": "Con ello evitaríamos no succionar impurezas en exceso y refrigerar la pre-bomba del depósito", ha zanjado.

El precio de la gasolina 95 se sitúa hoy por encima de los 160 céntimos por litro. En concreto, la más cara la encontramos en A Coruña con 1,635 euros por litro de media y la más barata en Barcelona con 1,604 euros por litro. La gasolina 98 asciende en muchas comunidades por encima de los 1,80 euros. Entretanto, el diésel sigue aumentando y su precio oscila entre 1,66 y 1,81 euros el litro, superando en algunas estaciones de servicio el precio de la gasolina, como viene siendo habitual en los últimos meses.

A principios de 2022, el precio de la gasolina oscilaba entre 1,4 y 1,5 euros el litro. El del diésel apenas superaba 1,3 euros por litro. Tras alcanzar en junio de este año las cifras más elevadas de la historia, con precios que superaban los 2 euros tanto en diésel como en gasolina, las tarifas han experimentado un pequeño alivio.