Mientras buscan el origen, el Ayuntamiento de Coria del Río y Emasesa, la empresa de aguas, han colocado un extractor gigante para intentar sacar a la superficie los gases tóxicos. Para ello han cortado el paseo, para que nadie respire los gases que extraigan.
Este martes también, técnicos de la Junta colocaban unos medidores, cinco en total, para analizar la calidad del aire. Aunque los resultados no se conocerán hasta dentro de una semana.
Se sigue investigando el foco de los gases tóxicos y se han inspeccionado una a una las viviendas, y varias empresas, como una gasolinera, que han estado en el punto de mira.
"Estuvieron levantando las arquetas y no encontraron nada, las sustancias utilizadas nosotros no las utilizamos", explica David Vizcaíno, encargado de esa estación de servicio. Se refiere al fenol y a la dimetilacetamida, un potente disolvente, detectados en niveles muy altos en el agua.
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