A las 9 de la mañana, salía la comitiva de la base aérea de Torrejón con destino al hospital Carlos III. En total, 14 vehículos han participado en el traslado de los pacientes al complejo sanitario.

Las tres ambulancias, que contaban con cabinas de conducción separadas, fueron custodiadas en todo momento por la policía y la Guardia Civil hasta el fin del trayecto.

"Se ha enfundado toda la cabina asistencial con plástico. Tanto el techo como las paredes y el suelo. Se han sellado todas las juntas y se ha anulado la puerta lateral", ha explicado Pedro Martínez Tenorio, director general del SUMMA 112.

Para minimizar lo máximo posible el riesgo, tanto el personal sanitario como los conductores iban completamente equipados con monos de seguridad, gafas de protección y respiradores.

Sólo el copiloto de la ambulancia de apoyo iba sin uniforme. A bordo del avión militar que ha traído de vuelta a España a Miguel Pajares y a la monja Juliana Bohi han viajado dos médicos, una enfermera y dos técnicos.

El comandante Cantalejo es uno de los facultativos que ha participado en el dispositivo de repatriación.

"No nos limitamos a meter unos enfermos en la aeronave y trasladarlos. Hacemos un trabajo mucho más importante, consistente en meterlos en la aeronave y tratarlos durante todo el vuelo", ha explicado el comandante Cantalejo.

El comandante asegura que, al llegar al hospital, pudo observar el deplorable estado de salud en el que se encontraba el sacerdote Miguel.

"Estaba peor. Mucho más afectado, postrado en la cama. Intentaba colaborar, pero no podía. Era imposible, estaba muy débil", ha subrayado Cantalejo.

Una vez en el aeropuerto de Monrovia tuvieron que esperar varias horas hasta que el Gobierno de Liberia autorizó el despegue de la aeronave.

Ésta se dividió en tres ambientes para evitar contagios."La tripulación está en un ámbito, el personal sanitario en otro y en un tercer ámbito se encuentran los pacientes", ha indicado Mercedes Vinuessa, directora general de Salud Pública.

Sin embargo, y pese a las complicaciones que surgieron sobre el terreno, Miguel Pajares viajó tranquilo e incluso experimentó una leve mejoría durante el trayecto de vuelta a casa.