Un hombre de 59 años ha sido condenado a 48 años de prisión, el máximo permitido por la legislación australiana, por violar y torturar a su hija desde que tenía 5 años hasta que tenía 19. La víctima pasaba las noches encerrada en un gallinero y su padre le obligaba a comerse su propio vómito.
La jueza, Sarah Hugget, ha condenado al acusado por unos delitos que suponen una "depravación de una magnitud casi inimaginable", según recoge el periódico 'Sydney Morning Herald'. El caso también incluye la condena a 16 años de prisión para la madre de la víctima, quien también abusó sexualmente de su hija y le daba consejos sobre cómo excitar y satisfacer al padre.
Esta pena, reconoce la jueza Huggett, no puede en modo alguno corresponderse con el daño psicológico, físico y sexual sufrido por la hija, que ahora tiene 24 años. El padre utilizó a su hija para satisfacer sus deseos "depravados y sádicos" mientras la madre mostró un "completo desprecio" por la niña, según la sentencia, que subraya que en ningún momento los acusados han mostrado el más mínimo remordimiento.
El padre no podrá solicitar ningún permiso hasta 2049 y la madre podrá solicitar la libertad condicional en 2027, según la sentencia. La víctima no ha estado presente durante la lectura de la sentencia, pero la ha seguido por vídeo.
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Durante su declaración, describió su infancia como un "infierno en la Tierra" y advirtió de que los "pútridos actos de tortura" de sus padres la perseguirían toda su vida. Un psiquiatra ha calificado estos abusos de "catastróficamente devastadores para su persona".
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