Cédric Herrou reside a pocos kilómetros de la frontera entre Italia y Franca y es conocido por el apoyo a los cientos de personas que cada día intentan atravesarla. En Febrero ya fue sancionado con una multa de 3.000 euros. La Fiscalía recurrió la decisión del Tribunal de Niza tras considerar que, el activista de 37 años, no había recibido una pena lo bastante dura.
Este habitante del valle del Roya, que comienza en Francia y llega hasta la localidad italiana de Ventimiglia, fue condenado también a pagar 1.000 euros por daños e intereses a la compañía ferroviaria francesa SNCF por haber ocupado un local abandonado, propiedad de ésta, para alojar a unos cincuenta eritreos. También se le impidió salir del territorio francés y acceder a cualquier estación de tren de la región, y se le obligó a presentarse cada quince días en la comisaría local.
Herrou, miembro de la asociación de ayuda a inmigrantes "Roya Citoyenne", anunció que recurrirá esta nueva sentencia, que considera "influida por la política de extrema derecha". "No me arrepiento de nada, lo hice con placer y continuaré luchando", aseguró a la salida del juzgado antes de denunciar un "racismo de Estado" e interpelar al presidente francés, Emmanuel Macron, a posicionarse.
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La condena ha sido calificada por el tribunal de segunda instancia de "advertencia" a este activista, que ha llegado a acoger a casi 400 inmigrantes a la semana. La frontera entre Italia y Francia es fuente de tensiones entre ambos Estados a causa de los cientos de personas, en su mayor parte de origen afgano o eritreo, que cada día intentan atravesarla para continuar su camino hacia el norte de Europa o reclamar el estatus de refugiado en el país galo.