Camuflado con gafas de sol, Juan, el conductor del microbús, no ha dicho ni una palabra fuera de la sala. Ha sido su abogado quien ha defendido su inocencia a la salida de los juzgados. "El único y exclusivo responsable del accidente es el conductor de la máquina", ha asegurado el abogado Enrique Olea.

Juan ha mantenido su versión de los hechos: asegura que circulaba a 80 kilómetros por hora y que antes de adelantar indicó la maniobra con los intermitentes, e incluso con el claxon. Tras su declaración la jueza ha decidido no imputarle.

Pero además, Juan ha declarado algo que ha sorprendido a todos: tras el accidente, el conductor de la retroexcavadora se estaba riendo.

La defensa del único imputado, el conductor de la retroexcavadora, ha anunciado que presentará una querella por testimonio falso. Asegura que el conductor del microbús ha incurrido en numerosas contradicciones. Su defendido sigue en prisión y, de momento, es el único imputado.

También ha declarado como testigo el entrenador del equipo de fútbol sala al que pertenecían los cinco chicos que murieron en el accidente. Todavía se recupera de sus heridas. La semana que viene declararán varios testigos, entre ellos algunos de los niños. Entonces se sabrá si la versión del conductor del microbús coincide con la de los menores.