El teléfono del joven pacense Pablo Sierra, hallado a orillas del río Guadiana pocas horas después de que se notificase la desaparición de este estudiante de Matemáticas, tenía restos de sangre, según fuentes de la investigación, aunque por el momento no se puede asegurar que sea suya.
Por su parte, la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, preguntada por este extremo, ha asegurado que no se pueden aportar detalles al respecto ni sobre el hecho de que hubiera podido sufrir un agresión antes de su desaparición.
En declaraciones a los medios, García Seco, que ha asistido a la celebración de la patrona del Ejército del Aire, ha indicado, en relación a las informaciones que están apareciendo, que el caso se encuentra "bajo secreto de sumario".
"El secreto de sumario permite que la investigación se desarrolle de forma tranquila y se consigan resultados lo antes posible", ha asegurado. No obstante, ha indicado que "se trabaja con todos los medios a disposición", por ejemplo en relación a los testigos que alegaron "verlo en distintos sitios", a través del análisis de las cámaras de autobuses y de tráfico, del estudio de su teléfono, e incluso "las ubicaciones de otros móviles".
García Seco ha incidido en que "se trabaja de forma intensa desde un primer momento", tanto con los medios existentes en Extremadura como gracias "a otros movilizados desde Madrid, como helicópteros, drones o instrumentos de tecnología para detectar ubicaciones" en el objetivo de dar con su paradero. "Todas las líneas continúan abiertas, pero aún no se puede avanzar el resultado de la investigación", ha reiterado.
La delegada del Gobierno en Extremadura ha afirmado que se acompaña también a la familia "en este suceso que tiene en vilo a toda la sociedad española", para su acompañamiento y consuelo, así como "para recoger todas sus inquietudes, sospechas o información que puedan aportar, para ponerlas a disposición de las autoridades policiales y judiciales". Todo ello con el objetivo "de encontrar a Pablo, y que su familia pueda descansar de este terrible dolor de no poder contar con su presencia".
Por su parte, Juan Francisco Ciudad, alcalde de Zorita (Cáceres), de donde es este joven y residen sus padres, ha reconocido que el animo en este municipio de poco más de 1.300 habitantes, es "cada vez de más disgusto y preocupación" y ha lamentado que "se estén haciendo conjeturas que no ayudan a la familia".
Ha recordado que los padres del joven son médicos, que atienden no solo a este municipio sino a otros de la comarca, "muy queridos como profesionales y por su calidad humana" y ha abogado por dejar trabajar a la policía y a los expertos para la pronta resolución de este caso.