La familia de Asia decidió abandonarla en una perrera de California tras detectar su problema.
En la protectora de Animales Amigos de los Valles la bóxer perdió completamente su pelo por una grave infección de piel que también afecta a sus oídos.
Debido a estos problemas, el color de la piel de Asia comenzó a convertirse en tonos rosados.
Finalmente, el animal ha sido adoptado por Jillian Ryan. La perra ha sido capaz de conquistar inmediatamente a su nueva familia.
Jillian Ryan tiene dos hijos de dos y cuatro años. Los pequeños están encantados con el color de Asia y juegan constantemente con ella.
La perra poco a poco está recuperando su color de piel gracias a la mejora de su enfermedad.