Todos los miembros de la Orden de San Juan de Dios, contagiados por ébola, habían pedido ser traídos a España junto con el Padre Pajares, pero las órdenes de repatriaciones se aplican solo a ciudadanos nacionales. Por razones excepcionales, de índole humanitaria de interés público o incluso, por cumplir con compromisos adquiridos, España podría evacuar a ciudadanos de otros países, si lo ordena algún organismo supranacional como la ONU o la OMS, pero no ha sido el caso.

Las repatriaciones en España son una medida excepcional. Se han hecho en caso de secuestro, con militares destinados en misiones en el extranjero y también por cuestiones de emergencias de seguridad. En todos, sin coste para los ciudadanos. La misma Esperanza Aguirre fue repatriada tras una serie de atentados en Bombay. Cualquier español puede solicitar ser repatriado, pero que el mecanismo se ponga en marcha, se analiza cada caso en concreto.

“Repatriación es, también, buscar un lugar para tratarle dentro del país en el que esté”, explica Alejandro Echegaray, coordinador de ONGs y AMREF. Desde 2006, los cooperantes tienen que contratar un seguro médico que cubra la posible evacuación y al menos, una parte de los costes. La otra la asumiría el Gobierno. Este estatuto excluye a los misioneros, voluntarios en su mayoría  y sin contrato laboral. Cada congregación religiosa suscribe acuerdos particulares.

“Para que se les repatríe, tiene que estar enfermo y no haber tratamiento en la zona”, afirma el coordinador. Para el resto de los ciudadanos que viajen o vivan en un país extranjero se recomienda siempre contratar un seguro médico, que cubra los gastos de una posible repatriación.