Si bien muchas de las ganaderías que participan en los Sanfermines son habituales, la de La Palmosilla tiene poco historial: sus toros solo han participado en una ocasión en San Fermín, el último año antes de la pandemia, protagonizando una de las carreras más veloces de la historia, concretamente la sexta. La de 2019 con estos animales fue una carrera rápida y limpia que, además, no provocó muchos heridos (solo cuatro). Aquel 13 de julio el encierro duró apenas 2:12 minutos, solo siete minutos por detrás de la más rápida de la historia, que tuvo lugar en 2015 con los toros de Miura.
En esta ocasión, los animales de La Palmosilla se estrenan en un encierro que se prevé multitudinario: las carreras de los fines de semana suelen tener una mayor afluencia de público. Para poder ver este encierro, además de vivirlo en las propias calles de Pamplona o desde alguno de los balcones de la ciudad —que se alquilan a precios desorbitados—, hay que pegarse un buen madrugó de domingo: a las 8:00 de la mañana se retransmite por TVE y poco después se puede ver el vídeo completo de la carrera en laSexta.
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Cada mañana, antes de salir a correr, los mozos se acercan hasta la hornacina de la cuesta de Santo Domingo para, vestidos de blanco y con los tradicionales pañuelos y fajas rojas, encomendarse a su patrón, San Fermín. Periódico en mano, los corredores entonan la ya tradicional canción dedicada al patrón para que los "guíe en el encierro", dándoles además, su "bendición".
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