La pequeña, de 16 meses tenía un fuerte golpe en la cabeza, posible causa de su muerte. El bebé fue encontrado envuelto en plásticos junto a unas piedras, a pocos metros de la finca donde fue detenido Jonathan.

El presunto asesino ha declarado en la comandancia de la Guardia Civil, junto al otro joven acusado de colaborar con él, Raúl Ríos. Juan Miguel, el padre del presunto cómplice de Jonathan, ha dicho que su hijo ha declarado durante esta semana dos veces, y que "la única prueba que la Guardia Civil puede tener contra él" es una conversación telefónica en la que Jonathan le ofrece 50.000€ por un trabajo, pero que su hijo "se tomó a broma".

La autopsia ha revelado que murió entre dos y cinco días antes de que su cuerpo fuera encontrado. Jonathan confesó que Miriam murió accidentalmente y que después la tiró en una balsa de riego, a 500 metros de la casa familiar donde se escondía. Su dueño dice que la llenó hace 10 días y que tiene unos cinco metros de profundidad: "el domingo estuve aquí y no vi nada raro".

Jonathan Moya lo confesó después de varias horas de interrogatorio y de varias versiones contradictorias en las que aseguró que la niña estaba bien. Jonathan y Raúl pasarán la noche en la comandancia de la Guardia Civil de Almería donde han sido interrogados y el sábado declararán ante el juez.