Los cursos de cocina escalan puestos entre las alternativas de ocio. Ya no son solo para profesionales o expertos en gastronomía, sino para cualquiera que quiera pasar un rato divertido y diferente.

Las posibilidades son casi infinitas, como el perfil de quienes asisten a estos cursos: regalos de pareja, despedidas de soltero, grupos de adolescentes o personas que quieren conocer gente nueva. Además, los utensilios y los electrodomésticos que se utilizan no son de cocina profesional.

Cada vez más gente busca cursos de este tipo para disfrutar de su tiempo libre. Se divierten, conocen gente, y aprenden.