La operación de rescate, que está coordinando la Guardia Costera italiana, busca por mar y por aire a los 700 inmigrantes que, según los supervivientes, viajaban en el pesquero naufragado frente a las costas de Libia.

"Si se confirma la muerte de estas 700 personas, es el incidente más grave que ha sucedido en el Mediterráneo", afirma Federico Fossi, portavoz de ACNUR en Italia. Ahora, los cadavéres recuperados descansan alineados, uno junto al otro, en la nave CP 920, aunque todavía hay esperanza de encontrar a más personas con vida.

"Las condiciones meteorológicas son buenas y la temperatura del agua no es demasiado fría, por lo que esperamos encontrar a más supervivientes", explica Fossi. Los inmigrantes cuentan que viajaban hacinados rumbo a Italia, en un barco de unos 20 metros de largo.

La Guardia Costera recibió por la noche una llamada de socorro y pidió ayuda a un mercante portugués que estaba en la zona. El naufragio se podría haber producido cuando el mercante se acercó para intentar ayudarles. Los inmigrantes se colocaron todos en un lado de la embarcación provocando que se hundiera.

"No sabemos cuál es el puerto del que partieron, porque probablemente era una playa, seguramente de Libia", cuenta Carlotta Sami, portavoz de ACNUR en Italia. El barco naufragó alrededor de la media noche a unos 190 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa. Un naufragio que llega en una semana negra para Italia. En sólo tres días han rescatado a más de 5.600 personas que intentaban llegar a Europa en busca de una vida mejor.