Antonio Ortiz, el presunto pederasta de Ciudad Lineal, ya estuvo en prisión por un delito cometido en los años 90. Su víctima fue una menor de sólo seis años. Pero la condena de nueve años de cárcel no fue por agresión sexual, sino por detención ilegal. Por eso le resulta más fácil conseguir permisos, y en 2006, cuando ya ha cumplido tres cuartas partes de la condena, logra el tercer grado .
El diario 'ABC' publica un extracto del auto de la Audiencia Povincial de Madrid: "concedemos al interno la progresión a tercer grado de clasificación en régimen abierto restringido con salidas de fin de semana".
Ortiz sorteaba así la negativa de los profesionales de la prisión, que entendían que aún no estaba preparado para la reinserción. Pero el tribunal determina que tras siete años en la cárcel, Ortiz ha experimentado un "cambio positivo en su autocontrol, su autoestima y su escala de valores".
Las cinco agresiones sexuales a menores cometidas en el último año, podrían ahora poner en entredicho ese pronóstico favorable, y Antonio Ortiz podría enfrentarse a una pena de más de 100 años de cárcel.
Asociaciones de víctimas de delitos violentos piden que se explique por qué el presunto pederasta estaba en libertad y sin vigilancia. Creen que con los antecedentes y el historial del detenido, los cinco secuestros del último año podrían haberse evitado.
En un comunicado, la Anvdv señala que se han cumplido sus peores pronósticos y estima que "todos los casos y todos los abusos cometidos" por el arrestado "se podrían haber evitado con unas medidas de vigilancia que de una u otra manera están vigentes en los países desarrollados que se preocupan por dar seguridad a sus ciudadanos".
"Exigimos saber por qué estaba el autor en libertad y sin vigilancia. Si es porque había cumplido sus penas o porque disfrutaba del tercer grado, si estaba en libertad provisional pendiente de juicio por algún caso o si habrían prescrito los delitos", agrega esta organización.
En Sevilla
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