La chica, desde los 13 años, no podía salir de casa y solo podía usar el teléfono móvil sin conexión a Internet. En ocasiones salía a realizar alguna compra, pero siempre acompañada de algún familiar, según informa el diario italiano 'La Repubblica'.

Su teléfono estaba capado y sólo podía utilizarlo para jugar o usar las aplicaciones, ni llamadas ni uso de datos. Un día, salió de compras y consiguió conectarse a una red wifi gratis. Fue entonces cuando a través de un juego online pudo chatear con otro usuario al que pidió ayuda. El joven avisó a la Policía.

Los agentes detuvieron al padre, de 49 años, que ya había recibido del futuro marido de su hija una cantidad de 4.000 euros, como anticipo de los 15.000 euros totales. El marido y comprador de la menor entregaría el resto de la cantidad acordada cuando comprobase que la joven cumplía con sus exigencias, es decir, que fuera virgen, que fuera trasladada a Francia, que estuviera delgada y que supiera hacer las tareas del hogar.

Kala Brown, en el momento de su liberación