Los Mossos d'Esquadra han detenido en Barcelona al agresor denominado como 'violador del cúter', cuando estaba a punto de cometer una nueva agresión. "Lo paran y lo identifican, y, como cosa curiosa, había dejado en el interior de su vehículo su teléfono móvil y su cinturón", ha explicado Pere Guillén, jefe del Área de Investigación Criminal.

Nació en Uruguay, y a los diez años se trasladó a España. Ahora tiene 26, y fecha para casarse con su novia de toda la vida. "Su pareja actual es una nueva víctima suya porque hacía muchos años que lo conocía y desconocía su lado oscuro", ha añadido Guillén.

Siempre actuaba a cara descubierta. Tras su arresto, se le imputan cuatro violaciones y se investigan otros cinco posibles casos. Aun así, ha negado los hechos ante la policía y el juez. "Hay restos orgánicos que lo identifican con su ADN", ha asegurado el jefe del Área de Investigación.

Sus víctimas son chicas jóvenes; algunas, menores de edad. Durante las tres primeras violaciones actuó siguiendo el mismo patrón: las seguía, para posteriormente abordarlas en un portal, las amenazaba con un cúter y las obligaba a realizarle una felación.

"Es una persona fría y que no es impulsiva cuando va a cometer estos actos. Lo tiene más o menos planificado con tiempo, por lo que sí podemos hablar de un perfil típico de agresor sexual en serie", ha puntuado Abel González, profesor de Criminología de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

El agresor no tiene atecedentes penales. Cuando la policía difundió la foto del sospechoso en cuestión, en la que aparecía caminando a cara descubierta mientras andaba, dejó de actuar.

Durante ese parón llegó a cambiar de aspecto: se dejó barba y se puso gafas. "Tenía una herida en el codo izquierdo similar a la que habíamos obtenido en una de las cámaras de seguridad", ha señalado Pere Guillén. Así, tras varios meses siguiéndole la pista, el presunto violador ya se encuentra en prisión preventiva.